Durante unos 40 minutos, situados en pleno corazón de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu.
Desde Mossèn Anton, los residentes pudimos apreciar el arte y la tecnología combinados: la imagen filmada en 360º y sonido envolvente nos hizo sentir parte de la orquesta, escuchando la respiración de los músicos y vibrando con cada nota afinada en armonía colectiva.
Fue una experiencia artística y emocional conmovedora, una inmersión musical que combina tradición y tecnología para acercar la música clásica a todos los públicos.
¡Una vivencia inolvidable para compartir en nuestro espacio de vida y cultura!
¡Una vivencia inolvidable para compartir en nuestro espacio de vida y cultura!
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